Os compartimos una faena que por distinta a la mayoría, motiva especialmente para encarar la jornada del día. En estas fotos os mostramos algunas de las piezas de una infinidad que componen el mecanismo completo de un techo elevable. Hoy hemos desmontado uno armados de paciencia y de todo tipo de herramientas básicas para desmigajar el artilugio.

Después de estar un rato abriendo, desatornillando, separando, organizando, descubriendo, disfrutando, encontramos lo que buscábamos. La avería que no permitía subir al completo el techo estaba en la bomba hidráulica. Al repararla recuperó la fuerza que le faltaba para subir. Nuestras caras de emoción al ver que el techo subía perfectamente fueron seguidas de resoplidos y luego risas: tocaba montar de nuevo todo el mecanismo. ¡Ofú!